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Super emprendedoras

Fotos: César Anchundia y Gianna Ode (Guayaquil) Carla de Patiño y César Farías (Quito)

Entre cajas
María Antonieta Yari (Quito)
María Antonieta Yari se especializó en relaciones públicas, carrera que la ha ayudado a desarrollar su talento empresarial. Ella maneja “Encájalo”, una de sus dos empresas, que se dedica a elaborar cajas para empacar regalos para toda ocasión.  Explica que emprendió este negocio porque observó que en el mercado existía la necesidad y además quería hacer algo diferente. Llena de entusiasmo dice que durante esta época festiva se venden alrededor de 4,000 cajas de diversos tamaños.

María Antonieta se encuentra feliz con el trabajo que desarrolla, el mismo que desempeña durante todo el año. Para ella, el regalar un obsequio, es en sí algo especial y el entregarlo en un paquete bonito lo hace doblemente atractiv. “A veces no importa el detalle que se regala, pero la forma de presentarlo dice mucho de la persona y del aprecio que siente por quien lo recibe”.  Las cajas son presentadas en infinidad de papeles, con cintas y lazos de acuerdo al gusto. Finaliza diciendo que, además “es una forma de personalizar los empaques”, ya que se pueden incluir galletas hechas en casa, chocolates…o simplemente utilizar la caja para decoración.
 

Regalando recuerdos
Verónica Torres de Abad (Guayaquil)
Desde hace un año, Verónica Torres puso en marcha el negocio de creación de los photobooks o fotolibros. “Tenemos profesionales con quienes nos encargamos de la atención al cliente, diseño y armado de los fotolibros”, señala Verónica, de 26 años, al momento que nos cuenta cómo nació esta original idea. “Mi esposo es gráfico y yo conocía los fotolibros y me parecían un gran producto; así que juntos decidimos emprender este negocio”, relata. 

El proceso de elaboración de los fotolibros busca facilitar la creación de estos regalos. “Empezamos por aceptar que el ecuatoriano es ocupado, así que en vez de hacer una cadena de lugares físicos, apostamos por la plataforma ‘do-it-yourself’. Tenemos una página web,  www.librosmasfotos.com, desde donde cualquier persona, en cualquier lugar del mundo, puede bajarse el programa para hacer fotolibros en su computador. Desde allí se arma, es rápido, fácil y te permite personalizarlo todo. Cuando está terminado se hace el pedido en línea, y nosotros lo recibimos, lo imprimimos y se lo enviamos a domicilio a cualquier parte dentro de Ecuador”, añade y afirma que “la mejor parte es que es un libro de pasta dura, es decorativo”. Sin duda, son un gran detalle. “Porque son nuestras emociones, expresiones, y alegrías puestas en un libro… ¿A quién no le gusta eso? Creo que no hay nada más lindo que recibir un regalo que causa emoción, que ha sido pensado, especialmente para ti. Un fotolibro es eso, una alegría, pues cuando lo obsequias, estás regalando recuerdos que duran para siempre”.

Una receta especial
Jeannette Ycaza de Vanoni (Guayaquil)
Hasta antes de casarse, Jeannette Ycaza Pazmiño de Vanoni trabajaba en una entidad bancaria. Luego se dedicó a terminar su carrera de Marketing y Administración de Empresas, a la vez que se desempeñaba como esposa y mamá, hasta que emprendió un negocio dulce y especial. “El rompope es una tradición en mi familia, lo hacía mi abuelita materna, María Luisa Villegas, desde 1930...”, dice Jeannete. Casada desde hace 18 años con Miguel Vanoni, con quien tiene 3 hijos, en el año 2001 inició con su faceta en la comercialización de rompope. “Una prima hermana mía preparaba rompope y se me ocurrió que yo también podía venderlo y me fue muy bien, pero mi tía Anita, hermana de mi mamá, me dijo que por qué yo no aprendía a hacerlo. Al principio no quise, pero un día la llamé y le dije: ‘Ya estoy lista, quiero aprender a hacer el rompope’, y a partir del 2003 lo hago yo”, relata. Primero lo vendía entre la familia y amigos, “hasta que empezaron a llamarme de algunas empresas. Antes se llamaba Rompope casero, hasta que hace tres años decidí ponerle Rompope casero tía Anita, en homenaje a mi tía Ana Pazmiño de Manzo, que fue quien me enseñó a prepararlo…”.

Y así, el negocio de rompopes ha ido creciendo con el paso del tiempo y es justamente ella quien se encarga de todo.  “Lo lleva sola: la producción, las ventas, las facturas, coordino las entregas…”, asegura. Confiesa que la receta de la Tía Anita “ha permanecido intacta durante generaciones... Es algo tradicional, un regalo perfecto para esta época…”.
 

Dulces detalles
Katuska Pólit de Bonnard (Guayaquil)
Alguna vez le escuché a alguien decir que los dulces nos alegran la vida. Y qué mejor que una época como el mes de diciembre para disfrutarlos y regalarlos. Asimismo, y pensando en el toque exquisito que un dulce pone siempre a cualquier ocasión, desde hace 3 años, Katuska de Bonnard despliega su creatividad a través de su trabajo en su empresa, Sweet and Cake. Nos cuenta que inició, luego de haber sido aficionada a todo tipo de manualidades, “hasta que me di cuenta que esto es lo que realmente me gusta”, y ahora se ha convertido en su gran pasión. Muy cuidadosa de los detalles, Katuska, quien está casada con Jorge Bonnard, con quien tiene 4 hijos, realiza sus dulces en base a diseños propios, elaborados gracias a los conocimientos sobre repostería adquiridos en cursos que ha tomado aquí en Ecuador y en países como Perú, Argentina y Estados Unidos (Miami). Es así, como junto a su sobrina, Giovanna Gagliardo Morales, asumen el reto de realizar dulces, minitortas, tortas y un sinnúmero de delicias para fiestas temáticas y fechas especiales como Navidad. “Es realmente un buen regalo, porque es algo dulce, que además lo puedes obsequiar todo el año en un lindo envase o empaque...Creo que es una alternativa que siempre va a ir bien”, asegura.

Su empresa ha ido creciendo con el paso de los años, dándole la satisfacción de haber tomado el camino acertado, pues dice sentirse feliz con lo que hace, al crear detalles especiales para momentos especiales.