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ENTREVISTA Las damas del Teatro Función a función, sorteando dificultades y también obteniendo reconocimientos, ellas han legado su talento al mundo del teatro en el Ecuador.
ellas han legado su talento al mundo del teatro


Las damas del Teatro


Las damas del Teatro

POR CARLA DE PATIÑO CPATINO@UIO.VISTAZO.COM
MARÍA GABRIELA GÁLVEZ VERA GGALVEZ@VISTAZO.COM
NADIA ZAMORA NZAMORA@VISTAZO.COM


María del Rosario Francés

Reinventando el arte de la actuación

QUITO
Foto: César Pasaca



Conocida cariñosamente como “Charo”, esta mujer llena de vitalidad y determinación dirige, actúa y enseña.  Llega a Ecuador desde su natal España a finales de los setenta. En sus primeros pasos conoce a Arístides Vargas y a Susana Pautasso, junto a quienes empieza una indagación del medio teatral en el país. Después de algunas presentaciones de barrio, nace el grupo de teatro “Malayerba”, desde donde construyen un grupo con características muy particulares por el que han pasado y se han formado numerosos actores y actrices ecuatorianos. Al mismo tiempo que Malayerba se establece, Charo crece teatralmente en ese espacio.

Para la experimentada actriz, el teatro es “mi vida y mucho más, es un arte que a veces logramos, es el intento de crear”. Al preguntarle sobre la obra con la que más se identifica, responde: “Es difícil decirlo porque cada obra tiene que ver con un momento de mi vida…”. Cree que el personaje de Antonia del “Jardín de pulpos” es a quien, con el pasar del tiempo, le ha tomado afecto: “Es un personaje herido por la vida… trata de reinventarse para calmar el dolor que siente…”. Aclara que “son decenas de personajes interpretados. Creo que estoy en cada uno de ellos de una u otra forma”. En cuanto al papel que más le ha costado interpretar, responde sin titubear: “El más satisfactorio y el más difícil es el de ser mamá, porque amar bien es un arte más complejo que el teatro”.

Para Charo, el teatro en el país ha evolucionado de una forma muy rica e importante. “Creo que en el Ecuador de los últimos 30 años el teatro ha crecido y alcanzado una gran madurez”.  Al hablar sobre sus sueños, entre risas dice que le hubiera gustado que Ingmar Bergman, guionista y director de teatro y cine sueco, la descubriera. Ya un poco más en serio confiesa que le encantaría interpretar “Madre Coraje”, del dramaturgo alemán Bertolt Brecht, porque a veces ella se ve como una madre sin coraje.



“… son decenas de personajes interpretados. Creo que estoy en cada uno de ellos de una u otra forma”.



Juana Guarderas

El teatro, un compañero fiel

QUITO
Foto: César Pasaca


Juana empieza a dar sus primeros pasos en la actuación durante su adolescencia y desde entonces, no ha parado. Ya han pasado 33 años desde que inició esta aventura, que hoy continúa de forma profesional, con mucho éxito. Ha interpretado innumerables obras y encarnado un sinfín de personajes. Uno de los más especiales para ella ha sido “la Aurelia”, la “Marujita” cuencana (de la obra “La Marujita se ha muerto con leucemia, del autor ecuatoriano Luis Miguel Campos)  junto a quien ha disfrutado de reírse de sí misma y del acontecer diario, “me divierto mucho con ella, me ha acompañado 25 años, es como un “alter ego”…”.Las Marujitas son reconocidas a nivel nacional, la actriz ha practicado un ejercicio de escritura de otros textos relacionados con la obra, a partir de la original. Mención especial merecen los personajes de “la Venadita”, así como “la Poncia” de la “Casa de Bernarda Alba”. Para ella, el teatro forma parte íntima de su vida y lo ve como su manera de estar en el mundo. “Desde allí quiero experimentarlo todo: viajes, cuestionamientos, preguntas, respuestas… es mi compañero fiel, mi espacio de juego”.

Desde 1990 se encuentra a cargo del Teatro Patio de Comedias. Su preparación universitaria la ha llevado a cumplir también el papel de ejecutiva y gestora cultural y su experiencia la ha encaminado a desempeñarse como Vicepresidenta de la Asociación de Trabajadores del Teatro (ATT) y a impulsar la Red Ecuatoriana de Teatros (RET), entre otras actividades.

La evolución del teatro en el país, a su criterio, ha crecido exponencialmente, “siento que se ha multiplicado la oferta por parte de los actores y actrices así como la demanda por parte del público. Se ha dado un gran crecimiento".


Marina Salvarezza

“El teatro es de los actores”

GUAYAQUIL
Foto: César Mera.


“No puedo decir otra cosa que el teatro, para mí, es mi vida. Así de simple. A veces he tratado de salirme, porque es muy cansado, muy sacrificado, pero es indispensable, como el aire que respiro”. Esa es la intensa declaración de Marina Salvarezza de García, actriz nacida en Génova, Italia, y radicada en Guayaquil desde 1977.

A los 19 años, un papel de una obra de Pirandello –el de una mujer que cree en el amor y luego es abandonada–, marcó su vida.  “Lo representé en la Academia dei Filo Dramatici de Milán.  Pirandello  es uno de los grandes dramaturgos de todos los tiempos junto con Federico García Lorca”. Entre otros roles que figuran en su memoria como favoritos aparece el de la “nodriza” en “Antígona” y el de “Amada” en “Amortiguando”, obra  del ecuatoriano Lucho Mueckay. “Ese papel me fascina porque no tengo que hablar, entonces allí, por primera, vez ¡¡no importaba mi acento italiano!!”. 

Ella también ha dirigido y lo considera todo un desafío, porque no tiene el control total, “el actor me puede cambiar toda la obra. El teatro es de los actores”. 

Mirando hacia atrás considera una gran experiencia haber actuado en obras de figuras como José Martínez Queirolo y Eduardo Solá Franco: “Para mí, son los más grandes dramaturgos de Guayaquil.

Marina, quien declara que viene de un teatro naturalista, no se detiene nunca. Es directora del grupo Teatro Experimental Guayaquil, es catedrática universitaria y siempre está pensando en la próxima obra que va a poner en escena. “Uno se lanza, puede tener éxito, como tener siempre mucha crítica… y yo me lancé”.


Susana Nicolalde

Buscando la esencia del actor

QUITO
Foto: César Pasaca


Define al teatro como “un territorio de libertad”.  Para Susana Nicolalde, “es un mundo que siempre tiene la capacidad de sorprender”, además le brinda “la posibilidad de poder contar lo que fluye desde su interior y llevarlo a escena”. Para Susana es muy importante su trabajo desde el cuerpo,  que se traduce en una búsqueda de la esencia de la interpretación del actor.

Esta guayaquileña radicada en Quito desde hace muchos años, lleva alrededor de 33 inmersa en esta forma de expresión artística. En 1997 funda el Colectivo Teatral Mandrágora como un espacio para la experimentación y exploración sobre el ámbito del teatro danza. 

Paralelamente a su trabajo actoral, desarrolla su tarea pedagógica como maestra de actuación, entrenamiento, lenguaje corporal y dirección escénica. Desde hace varios años produce y dirige el “Encuentro Anual de Mujeres en Escena, Tiempos de Mujer”.


Haciendo memoria, explica que el momento más difícil con el que se ha encontrado en su carrera como actriz, está por venir... “Es un reto que creo enfrentaré… estoy metiéndome en el territorio del ´clown´, a buscar desde el interior esos otros rostros que tienen que ver con el miedo al ridículo, el atreverse a mostrar la torpeza que puede ser parte de ti, a desnudarte…”. 

Susana ve la escena teatral nacional con optimismo, pese a las dificultades económicas, “se está gozando de buena salud, hay un crecimiento en diversidad de propuestas, no solo en Quito, a nivel nacional. Existe un potencial artístico muy amplio”.


Martha Ontaneda

“Mi sueño es seguir haciendo teatro”

GUAYAQUIL
Foto: César Mera.


“El teatro nació conmigo o al revés, el caso es que en mí ha permanecido siempre y está ligado a toda mi existencia.  Cuando me vaya de este planeta me lo llevaré. El teatro es una secuencia de acciones,  es todo lo que consciente y voluntariamente modifica el aquí y ahora”, dice la guayaquileña Martha Ontaneda de Mastalir, quien lleva cerca de 30 años en las tablas. “Tengo el famoso ´duende´ de Lorca.  La música empieza,  la luz gradualmente va dejando distinguir las sombras hasta que todos los elementos se conjuran y van apareciendo los actores y una vez más se produce el milagro de la magia y ensueño: el teatro”.  

Uno de los papeles que marcó su vida fue el de “Bernarda”, en “La casa de Bernarda Alba”, en 1986. La fuerza de Martha era desbordante.  Para ella, en los roles  que se escoge solo debe existir una imperiosa necesidad de hacerlos. “Todas las obras que he interpretado han tenido el soplo de vida en el que se lleva traje pero queda al desnudo la existencia del personaje. Mientras más difícil parezca, más lo vivo”.  

Para ella, la labor de los grupos de teatro en el Ecuador es una labor “digna de encomio, con obras de autores nacionales e internacionales enriqueciendo el ambiente cultural. Algunos grupos de teatro reciben ayuda de los Municipios,  que aunque es de aplaudir, escasamente alcanza para el alquiler de los  teatros.  Pero como los actores somos  aventureros, seguimos adelante y con nosotros nuestro público,  que llena las diferentes salas. La necesidad es el empuje para nuestros logros. Pero no debemos conformarnos,  hay que insistir que la subvención del Estado se dé”.


Martha ha trabajado también en la televisión y está a punto de estrenar obra teatral, siempre con entusiasmo. “Mi sueño es seguir haciendo teatro y me gustaría hacer cine también”. 


Rossana Iturralde

“Los proyectos han salido de mis entrañas” 

QUITO
Foto: Luis Salas


Las vivencias de esta actriz guayaquileña en el medio teatral abarcan 35 años. Para Rossana Iturralde, el teatro es su vida, “…después de mi hijo y mi madre, el teatro es una forma de vivir, de pensar, de respirar, de relacionarme con el mundo…todo parte de allí. Hasta la comida que elijo es producto de mi experiencia con el teatro y de las diferentes lecturas que he venido haciendo desde hace muchos años sobre los seres humanos y su tránsito por la vida”. Este mundo irreal y a la vez tan auténtico ha sido siempre fuente de motivación permanente.

“Nunca he tenido una obra preferida, ni siento que me haya identificado con ninguna más que con otra. Cada montaje ha sido una experiencia única e importantísima en mi vida, porque, como siempre lo digo, los proyectos han salido de mis entrañas y me he entregado a ellos con sangre, sudor y lágrimas…”. Su vasta experiencia incluye trabajos en el Teatro El Juglar, en “Saltimbanqui” con Oswaldo Segura y Taty Interllige, junto a otros compañeros en la Corporación Teatral Tragaluz, con la cual realizó varios montajes como actriz, productora y directora. Tuvo la oportunidad de dirigir el área de teatro en el marco de un gran evento como fueron las Jornadas Culturales Iberoamericanas por la Integración y la Paz”, dirigido por Dayuma Guayasamín, además de organizar durante 12 años el Festival Internacional de Teatro Experimental en Quito, Guayaquil y Cuenca. También estuvo dirigiendo el Festival Internacional de Teatro de Loja durante seis meses (2014 – 2015).


Para ella, la evolución de este arte en Ecuador ha sido un proceso positivo, “es obvio que el teatro que se hace hoy es producto de un salto tremendo que ha dado en los últimos 15 años, con todas las corrientes latinoamericanas y europeas que lo han influenciado…los teatristas en este país hemos construido por puro amor el quehacer teatral, a pulso…".

Itzel Cuevas

“El teatro es un juego muy serio”

GUAYAQUIL
Foto: César Mera.


Vital, esa es una forma en se puede describir a esta menuda mujer de piel clara, cabello corto y que con su gestualidad te lo dice todo. Itzel Cuevas es una actriz mexicana que llegó al Ecuador hace 9 años.

Hace 36 años las tablas la llamaron. Su formación actoral la realizó en su lugar natal, Xalapa, Veracruz, en la Universidad Veracruzana. “Trabajé muchísimo tiempo en México, en la compañía de la universidad, también en grupos independientes y por mi cuenta”. 

Su pasión la llevó a Francia para participar en un proyecto que, finalmente, no se concretó, y ya estando en Europa viajó a España. Allí conoció a personas ligadas al teatro, que la trajeron al Ecuador. Trabajó con Muégano Teatro hasta el 2008.  “Para mí es uno de los mejores grupos que existe en el Ecuador”. También da buenas referencias de las agrupaciones Malayerba y Arawa, porque según indica, “han ido conformando una forma diferente de hacer teatro, con las que yo comulgo”.

Actualmente da clases particulares, es parte del grupo Taller de los Cedros y también participa en las actividades del Microteatro.

A sus 53 años y con un nombre de origen Maya que significa “el lucero del atardecer”, esta dinámica mujer disfruta de enseñar porque según comenta: “Tengo la convicción de que no todos los que quieren estudiar teatro van a ser actores, quizá lo que se vuelvan es espectadores y eso también es importante formar”.


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Edición # 611 - 17 de julio de 2015

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